domingo, 13 de diciembre de 2009

QUÉ TIEMPOS SEÑORAS Y SEÑORES...

nos dice Baldomero.



Qué tiempos señoras y señores, ¡qué tiempos!, si son navideños o no, es igual, no importa... es lo mismo, parece que es el momento en que a todos se nos fue un poco la olla, más bien bastante... entre el querer, el aparentar y no llegar y no poder. Son los tiempos en los que oímos llorar a nuestras ollas por culpa de los otros, los que manejan los tiempos de todos, los que dictan los pulsos aparentemente vitales a nuestras almas. Y las manos, ¡nuestras manos! ni llegan a tocar las asas, las bocas llenas de ganas, ¡pero qué vacías y angustiosamente quietas están las manos!.. Qué tiempos señoras y señores. Santa Claus no encuentra chimenea... está perdido, perdido entre variopintos globos inflados de puras estafas... ¡pobre gordo!, su traje parece más colorado, igual que sus mofletes. El no entiende de números por que es como un niño dando y pidiendo amor con su saco lleno. Pero las chimeneas escasean, están perdidas, pobre gordo... ahora creo oírle a lo lejos mascullar entre dientes... lo oís?... “feliz navidad... ho, ho, ho,...feliz navidad”... mientras los renos airean su desconcierto y las campanillas disimulan su espanto... pobre gordo...pobre todos... ¡Ah por cierto!.. feliz navidad.....

Mariano V. Lima

martes, 15 de septiembre de 2009

ZAMBA PARA NO MORIR

Homenaje en Badía & Cia. por Lito Vtale y Abel Pintos.

sábado, 15 de agosto de 2009

ELOGIO DEL SILENCIO



A veces el silencio
es la palabra justa,
la que enciende las luces,
la que mejor se escucha,
la que place o se sufre
cargada de milenios,
la que otorga hermosura,
la flor del pensamiento.

En ese momento
de la clara armonía,
de la mejor tristeza,
de la entera alegría.
Es el gran fundamento
que ronda a la grandeza:
tu palabra y la mía
habitan el silencio.

Por eso la palabra
debe ser pronunciada
como una ceremonia
con aire de campanas,
una fiesta del alma,
farol del pensamiento,
porque fue generada
por el mejor silencio.

sábado, 8 de agosto de 2009

EL ANTIGUO



Dice el viento simple de Punilla cuanto fui,
sombra de mis padres, larga ausencia y humildad,
como les diré que yo ya estaba por aquí,
cuando me inventaron la región.

Dice el viento ardido desde el norte que me fui,
sangre en las colinas, palomita y soledad,
como les diré que yo he quedado por aquí,
repetido en simple y en amor.

Yo regreso siempre trabajando bajo el sol,
digo que yo estaba y aún estoy,
pájaro de luces y el maíz de redención,
por que yo ya estaba por aquí.

Yo soy en la altura un puno vivo de verdad,
yo soy de Punilla gente antigua y humildad,
viajo por los ríos y no tengo más que dar,
por que hasta mi vida ya la di.

Crece el tintitaco seco y duro como yo,
y en la altura el molle que amanece sin piedad,
el aguaribay con palomitas de ilusión,
nadie puede darme más razón.

Yo regreso siempre trabajando bajo el sol,
digo que yo estaba y aún estoy,
pájaro de luces y el maíz de redención,
por que yo ya estaba por aquí.
¡Cómo les diré que viejo soy!

MADRES CORAJE



Cielo blanco.

No veo el cielo, madre, sólo un pañuelo blanco
no sé si aquella noche yo te estaba pensando
o si un perfil de sombras me acunaba en sus brazos
pero entré en otra historia con el cielo cambiado.

No me duele la carne que se fue desgarrando
me duele haber perdido las alas de mi canto
las posibilidades de estar en el milagro
y recoger las flores que caen de tu llanto.

No quiero que me llores, mírame en tu costado
mi sangre está en la sangre de un pueblo castigado
mi voz está en las voces de los "iluminados"
que caminan contigo por la ronda de Mayo.

No quiero que me llores ahora que te hablo
mi corazón te crece cuando extiendes las manos
y acaricias las cosas que siempre hemos amado
la libertad y el alma de todos los hermanos.

No sé si aquella noche amanecí llorando
o si alguna paloma se me murió de espanto
la vida que ha esperado tanto
es el cielo que crece sobre tu pañuelo blanco.

No quiero que me llores, mírame a tu costado
mi sangre está en la sangre de un pueblo castigado
mi voz está en las voces de los "iluminados"
que caminan contigo por la ronda de Mayo.

CUENTO CON UN NOMBRE

CANCION PARA CARLOS ALONSO



Muchas veces recuerdo Castro Urdiales,
esa breve bahía que en España
ponía verdes, amarillos,
rojos a porfía en las barcas pesqueras del Cantábrico.

Allí llegué una mañana
a la casa de Horacio Guarany
para encontrarme con Armando
y este Carlos Alonso del dibujo y el color alucinados.

Eso fue ya hace tiempo, por el 78...
Pero recuerdo dolorido
que Carlos hablaba de Paloma, su hija,
que integra esas listas de los que no regresan.

Entonces yo pensaba en esta tierra,
la gente de estos lares,
la sangre de mi sangre,
los amigos, el amor desmayado
a través del Atlántico
y me dolía el alma
que regresaba entre los vientos,
regresaba de mi angustia
a la angustia de estas calles,
las cartas con noticias, la música en la sangre
y lloraba, les juro que lloraba.

He caminado por la soledad
junto a la vida de un amigo.

El pecho justo nos creció a los dos
éramos fuente del abrigo.

Él y yo, sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.

Él me contaba sombras de crueldad,
mientras lloraba con mi amigo.

El pecho justo se pobló de amor
de eso no sabe el enemigo.

Él y yo, sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.

Y todo un pueblo nos miro pasar,
el pecho entero y dolorido.

Y todo un pueblo nos pobló de paz,
de eso no sabe el enemigo.

Él y yo,sol y luz
nos contábamos el tiempo que pasó.

LA BRUJA DEL INCENDIO

ZAMBA MADURA



Tiempo del fruto maduro
color de tierra mis manos se van,
cayendo en hondas quebradas
y alzando en bagualas
el oro del pan.

Golpes abriendo los pechos,
la tierra es hembra y se vuelve mujer.
Derrama en el pecho herido
corazón de olvido
que vuelve a nacer.

Mi voz ya es árbol añoso
el hacha la endureció
y estoy volviendo a la tierra
con cantos de piedra
redondos de sol.

Vine una dulce mañana
con mis harapos tejiendo el amor
y vuelco desesperado
lo que me ha entregado
mi pueblo mayor.

Tiempo donde brama el toro,
sangre de chala y el viento cereal,
mi tierra es hembra y la quiero
le daré mi cuero
si lo quiere usar.

CORAZON DE HARINA

DECIMAS DEL AMOR Y LA MUERTE

lunes, 27 de julio de 2009

SITUACION PERSONAL



Mi corazón se empecina en ver las cosas
la mitad con misterio y maravilla
y la otra mitad con sangre desvalida.
Un ala vuela así sobre la tierra,
alimenta la sal de la milagrería
mientras la otra se desangra herida.

Poseo un pantalón con varias manchas
y una camisa que he usado mucho,
una campera, los zapatos viejos,
algún par de alpargatas,
unos cuadros pintados por Roberto,
Manuel, Carlos, Cristóbal o el Gordo Mattalía,
unos libros que amo y que releo
en las noches que viajo adentro.
Y poseo también una manera muy tozuda
de escribir algún verso cootidiano,
pensar que he fracasado algunas veces
o a lo sumo he salido mano a mano.
Si establezco el balance, lo confieso,
me quedo muy perplejo, no sé si avanzo,
retrocedo o estoy con los picaflores
suspendido en un punto en el espacio.
Tampoco sé por qué razón de vida
me duermo preocupado, con angustias,
recuerdos, fechas, rostros, actitudes,
llagas, traiciones, tal vez caricias
y al otro día, como siempre,
me vuelvo a despertar sonriendo.
En otro orden de cosas siento mucho
no poder inventar la flor exacta
que nos haga llegar a la alegría,
matar el hambre, alumbrar los caminos.
Pero al final de cuentas puedo decir
que amo lo que hay que amar,
transito mis heridas, tengo mis dudas,
canto al amanecer de cada día
y estoy en paz, profundamente en paz
con mis fantasmas.

Hamlet Lima Quintana
Situación Personal
Poemas
1984

domingo, 26 de julio de 2009

VINO BLANCO EN VASOS VERDES



A veces me gustaba sentarme con mi padre
ante una breve mesa dispuesta entre las plantas.
Con toda lentitud, mientras hablaba,
él cortaba el pan en pequeñas porciones
con sus manos acostumbradas a acariciar la vida,
después vertía el vino blanco en vasos verdes
y entre tranquilos sorbos
decía que hermoso el mediodía.
No sé por qué en una mañana de esas
se fue a cortar el pan a la melancolía
y a beberse el vino entre el rocío.
A veces, todavía, me gusta sentarme con mi padre
para contarle como va la vida.

Hamlet Lima Quintana y Jorge Rojas
Hamlet Lima Quintana nació el 15 de setiembre de 1923 en Morón (Provincia de Buenos Aires), descendiente de varias generaciones de criollos por vía paterna y de la tribu nativa del cacique Coliqueo por la materna. Allí transcurrió parte de su infancia y juventud, compartida con Saladillo, localidad de la pampa bonaerense a la que siguió unido siempre y en donde en casa de familiares de la madre, como gustaba evocar, aprendió a caminar, las primeras letras, las primeras tareas rurales, basamento de la fidelidad de su obra al paisaje y al hombre.

Su padre escribía poemas y se acompañaba con la guitarra y su madre tocaba el piano, por lo cuál la música y la poesía fueron desde la infancia elementos formativos que desarrolló en forma permanente, actuando en peñas, boliches, clubes, mientras se ganaba la vida como oficinista, cobrador de cuentas de electricidad, vendedor de libros a domicilio y periodista, oficio al que renunció tras haberse desempeñado en la agencia United Press y en Clarín, para consagrarse íntegramente a lo suyo, escribir, cantar, recitar al servicio de la música popular y al canto con fundamento. En 1954 apareció su primer libro de poemas, Mundo en el rostro, al que siguieron El octavo pájaro, Sinfonía de la llanura, El oficio común, La breve palabra, veintitrés poemarios en total, más cuatro libros de cuentos y relatos, una biografía de Osvaldo Pugliese, y Las memorias y Diario del regreso, poemas para la cantata Che-Diario del regreso, que con música de Oscar Cardozo Ocampo y entonada por Jairo fue estrenada el 14 de de junio de 2000 en Santa Clara (Cuba), en el Memorial que guarda los restos de Ernesto Guevara.

Autor de más de 400 canciones con la colaboración de destacados compositores, sus míticas La amanecida (de 1953 pero editada en 1962) y Zamba Para no morir (1965) marcaron un antes y un después frente al folklorismo costumbrista y conservador, anticipando la impronta de renovación melódica y literaria plasmada por el Movimiento del Nuevo Cancionero nacido en Mendoza en 1968, al que adhirió con su verbo encendido y acompañó con otras obras páginas memorables como La cuatrereada, Pampamapa, Homenaje a la tierra, Triunfo de las salinas grandes, La vida perdurable, El alimento, conjugando la belleza lírica con el testimonio doctrinario en la realidad política y social.

Fragmento de Carlos A. Agosti para el libro ANTOLOGOBIOGRAFIA, editado por Desde la Gente - Ediciones Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos CL